Consumo

El primer paso para involucrar a las personas en la economía circular es comprender cómo afecta las prácticas de consumo. Generalmente, los estudios de consumo se ocupan de por qué las personas adquieren productos o servicios. Sin embargo, en el contexto de la sostenibilidad, y especialmente cuando se habla de economía circular, otras cuestiones también son relevantes. Por ejemplo, ¿por qué la gente conserva los productos durante más tiempo o qué hace con los productos una vez que los termina?

Desarrollar ofertas circulares no se trata solo de cómo hacer que la producción sea eficiente, sino también de cómo hacerlo. Comprender lo que implican las propuestas de valor circular para los usuarios/consumidores en términos de acciones puede apoyar los procesos de diseño y desarrollo mejorando sus bases.

Nuevas cosas por considerar

La circularidad transforma las propuestas de valor. Algunos aspectos nuevos de las soluciones circulares que deben tenerse en cuenta durante el proceso de diseño incluyen:

Anonimato
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Debido a que las cosas circulan más veces en la economía, la gente es más consciente de quién es el dueño anterior. Esto puede ser tanto un factor de obstáculo como de apoyo dependiendo del contexto. Por ejemplo, en el caso del coche compartido, cuanto menos sepa la gente sobre quién utilizó el coche antes, mejor. Sin embargo, en el contexto de las ludotecas, disponer de dicha información genera confianza.

Consumo conectado

Las ofertas circulares y los modelos de negocio dependen de la interacción de los consumidores y de una relación más estrecha entre la empresa y sus clientes. En el caso de los artículos reutilizables, las empresas dependen de que los clientes devuelvan los productos, lo que requiere acciones para fomentar tales comportamientos. En otros ámbitos como el consumo colaborativo, se basa en la reciprocidad, la sociabilidad y la interacción.

Múltiples valores​

Los defensores de la economía circular indican que el valor de un producto está en su función. Sin embargo, confiar únicamente en él para atraer clientes es una estrategia condenada al fracaso, ya que no reconoce la diversidad de las emociones humanas. Los valores hedónicos, simbólicos y de significado son y seguirán siendo relevantes para los consumidores. Las empresas circulares deben encontrar formas de integrarlas en su oferta basada en funcionalidades..

Consumo político

El consumismo se ha convertido en una cuestión política en el contexto de la crisis climática. La economía circular se ha posicionado como una alternativa sostenible a la que da voz a las personas que expresan dichas preocupaciones. Sin embargo, si tiene éxito, eventualmente se convertirá en la nueva normalidad, haciendo que esta dimensión sea inútil. Mientras tanto, es un aspecto a considerar a la hora de desarrollar iniciativas circulares.

Incertidumbre

La propia naturaleza de la circularidad conlleva altos niveles de incertidumbre, ya que quita poder a las empresas y a los productores y se lo da también a los consumidores, que son dispersos, independientes y diversos. Esto evoca cuestiones relacionadas con la confianza, el riesgo y el control. Al compartir el poder de mover productos con los consumidores, las empresas tienen que desarrollar estrategias que minimicen el riesgo y aumenten la confianza.
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